Herzlichen glückwunsch, Kapellmeister

Escuchando: Bach – BWV 582 – Passacaglia And Fugue in C minor

Johann Sebastian Bach es el rey de reyes. Nació hace hoy 321 años en Eisenach, Alemania, en el seno de una familia de grandes músicos.
Desde pequeño estuvo educado por y para la música. Un joven de 15 años ya cantaba en el coro de la iglesia de San Miguel. Más tarde fue violinista y con gran maestría se dispuso ante el príncipe Johann Ernst. Éste accedió a que formara parte de su orquesta de cambra personal. Este príncipe también estaba dado a la música. Y no por menos, Bach adaptó un par de conciertos suyos -BWV 592 y BWV 595- para órgano.

Posteriormente, pasó a ser organista de Arnstadt y más tarde, de San Blas. Su dominio del órgano era extraordinario. Podía interpretar a grandes compositores de la época como Vivaldi o Pachelbel con una soltura inigualables. Allí se casó con una prima segunda, de la que nacieron 7 hijos. Esa época fue el litigio de sus más conocidas cantatas.

Más tarde fue nombrado Maestro de Capilla (Kapellmeister) en la corte del príncipe Leopold de Anhalt-Köthen. Esta época fue muy prolífica puesto que compuso los grandes Conciertos de Brandenburgo y el primer libro del Clavier Übung (El Clave bien temperado). Además, una de las primeras obras que compuso en este periodo fue mi amada Passacaglia, la gran obra. No obstante, en 1720 murió su primera esposa. Un año más tarde se volvió a casar con la cantante Anna Magdalena Wilcke, matrimonio del que salieron 13 hijos. De esos hijos, tres fueron célebres compositores.

Finalmente, pasó sus últimos años en Leipzig, y es allí donde sufre su mayor auge. En esa época compuso sus Pasiones según San Mateo y según San Juan y el gran Arte de la Fuga. Murió de apoplejía a las 8 de la tarde del 28 de julio de 1750, después de una intervención fracasada en el ojo por un cirujano inglés llamado Thaylor, que años después operaría a Handel, con resultados iguales. Bach fue quedándose ciego, hasta perder totalmente la vista. Pero pocas horas antes de fallecer la recuperó. Actualmente se cree que su ceguera fue originada por una diabetes sin tratar.

Antes de morir, Bach depositó su confianza en sus hijos mayores pero no tuvo un buen desenlace. Se perdieron numerosas obras que nunca se recuperaron. Si no llega a ser por su hijo Carl Philipp Emanuel Bach y su afán de conservar sus manuscritos, seguramente la humanidad nunca hubiera conocido la mayor parte de la Obra de Bach.

Siempre me he referido a Johann Sebastian Bach como El Maestro. No sólo como símbolo de respeto, sino literalmente. La música es hoy lo que es en gran parte por la contribución de Bach. Sin él, la música sería muy distinta. La composición de sus obras está llena de simbolismo y pasión.
Bach fue el primero en sentar bases. Durante mis cuatro años que esutidé Harmonía Musical, pude comprobar como sus obras siguen a la perfección la harmonía clásica. Todos los acordes, todas las cadencias, todo está perfectamente estructurado. Todo es matemático. Se rige por unas normas y unas reglas que Bach no franqueaba, sino que las rodeaba y las subía a su máxima esplendor.
Las obras de órgano son sencillamente increíbles. Fugas a 5 voces, preludios espectaculares, obras con el pedal como protagonista. Y no hay ninguna nota puesta al azar. Todas siguen un orden, amalgamadas perfectamente y cada una de ellas se posa sobre el pentagrama con la misma naturalidad que tiene el sol cuando amanece.
Bach no sólo fue organista, sino que fue un brillante organero. Conocía perfectamente toda la ingeniería que tiene un órgano. La pressión que requieren los tubos, la fuerza que necesitan los pedales, la sonoridad de los registros, la disposición para evitar réplicas y reberveración.
Muchas obras que he podido estudiar necesitan un virtuosismo sobrenatural. Necesitas que los pies se vayan solos y que cada mano se desdoble en dos. Como si en total fueran 5 personas quienes tocan. Hay que entregar todo el cuerpo para llegar hasta la última nota y toda la mente para concentrarte en el pedal y en los 4 teclados. Es un transporte a otro mundo. Y Bach supo cómo conseguirlo. Dominaba el clave, el órgano, el violín, la orquestación y fue capaz de vivir la vida intensamente: trabajó en la corte de varios nobles y tuvo 20 hijos, ni más ni menos.

Hoy toda la Historia y toda la Música le rinde homenaje. Porque como él nunca ha habido otro más. Sólo Él es el Padre de la Música.
Felicidades, maestro de capilla. Herzlichen glückwunsch, Kapellmeister

Johann Sebastian Bach
Johann Sebastian Bach
21.III.1685 – 28.VII.1750

Escuchando: Bach – BWV 582 – Passacaglia And Fugue in C minor

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