En el amor no hay dolor

Escuchando: Bach – BWV 649 – Ach bleib bei uns, Herr Jesu Christ

Es algo que se me metió un día y nunca me he podido quitar. No recuerdo dónde lo oí, pero no fue en una de estas célebres frases. Casi por la calle.
Y tiene razón. Antes pensaba que no, que en el amor hay que sufrir. Supongo que cuando eres joven tienes un montón de pajaritos en la cabeza. Luego, la experiencia, a base de palos, te va cambiando la forma de verlo.
¿Por qué hay que sufrir? El amor es lo más maravilloso de esta vida. ¿Cómo puede ser algo tan maravilloso tan malvado? ¿Por qué hay que luchar hasta morir en el intento?
Ahora mismo estoy discutiendo esto con Yasmina y piensa totalmente al contrario de mí. Hay que luchar por lo que uno quiere. Hay que sufrir. En el amor siempre hay algo de dolor.
¿Es digno de mí algo que me hace sufrir? ¿Me lo merezco? Creo que no. Algo mejor que esto tiene que estar esperándome. Y me niego a pensar que lo máximo que puedo alcanzar es sufrimiento y dolor. Demasiado sufrimiento a mis espaldas. Demasiado dolor. Ya es hora de esperar algo mejor, ¿no?

Es curioso como las experiencias nos moldean. Al salir de una relación en la que te han machacado acabas agotado. Quemado. Te mereces algo mejor. Seguro.
Hasta que se vuelve a repetir la misma historia. Uno cree que ha aprendido. Siempre encuentran algún agujero por donde meterle. Imagino que debe formar parte de la forma de ser de cada persona. Inevitable.

Entonces, ¿el sufrir se puede evitar? ¿Quizás, en el fondo, queremos sufrir? ¿O el sufrir es una forma de autoconsolarnos pensando que es el camino correcto? Si esto es así, menuda mierda de vida.

En el amor no hay dolor. No puedo sacarme esta frasecita de la cabeza. En el amor no hay dolor.

Escuchando: Bach – BWV 657 – Nun danket alle Gott

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